Resumen Semanal

02.05.2018

Me he pasado el fin de semana, con puente incluido, reclutada en casa. Por un lado porque no tenía nada mejor que hacer, y por otro, porque hacía frío. Pelete del bueno.

El martes llegó a una máxima de 10º, yo ni siquiera me esforcé en salir fuera para comprobar el mal tiempo, y la posibilidad de quedar cubito de hielo si pasaba 30m por ahí.

Así que como hacía esa lluvia y bruma que cualquier canario que se precie, temería, pasé de salir. El sábado me hice una buena compra previniendo lo que avecinaba y disfruté de la tranquilidad de no tener nada que hacer. Y reconozco que hubo momentos que resultaron un poco aburridos.

Además, estuve recuperándome de las agujetas que propiciaron la partida de 2h en el volley playa Angerino. ¡Por dios de mi vida!, yo estaba bien, pero amanecí fatal. Cuando llegué a casa del partidillo de Volley playa, vine con buena actitud y se me ocurrió realizar un queque sencillo y darme un homenaje. Aquí no me gustan los que veo, siempre tienen mil cosas más de la normalidad. Y pensé, pues lo hago yo ( y fue mi primer queque). 

Para mi gusto, se quedó un poco alto de mantequilla, y menos mal que de azúcar puse menos de lo que ponía la receta. Por lo demás, se quedó muy rico, pero claro, es que a mi me gusta mucho la mantequilla. 

Se quedó amasado a pesar de seguir todos los pasos como marcaba, con la salvedad que no tenía varillas y mi recipiente de mezcla era un poco pequeño. Así que algún paso puede que no se quedara todo lo esponjoso que se debía esperar, o el recipiente de hornear no le permitió expandirse todo lo que podría haber hecho, la cosa es que se quedó apretado y sabiendo a mantequilla.

Después de jugar al volley y batir con todas tus ganas que se te iba la vida en ello, podrás imaginar como se me quedó mi cuerpecito. El viernes fue doloroso por la zona de las piernas, a cada paso resultaba demoledor, y las escaleras.. graciosas hasta llorar. Pero el sábado...es sábado se me antojó mortal para la zona dorsal y cervical de mi espalda. Pasé agonías, cada vez que quería levantar mis brazos por encima de mi pecho era un suplicio. El domingo se sumó la incómoda sensación de lesión cervical por mis músculos anteriores del cuello ( no voy a hablar técnicamente). El martes ya por fin había llegado a la normalidad. 

No jugué tan mal como cabía esperar, pues habían pasado muchísimos años sin jugar, como unos 15 años, desde el instituto. Molaba tirarse a la arena a intentar coger algo (normalmente cuando ya había caído la pelota) pero bueno, qué más da. La intención es lo que cuenta. Creo que esto, unido a mis grititos de impotencia y mis mallas, fueron la atracción del momento.

El único francés que pude practicar fue el de los números, estaba muy atenta a ver cuando íbamos, muy interesante cuando hablar súper rápido y sin vocalizar. A pesar de no pasar del 25, que era cuando se ganaba partido, pude practicar los números jeje. 

Seguramente vuelva a apuntarme a jugar la próxima vez que suba la temperatura de los 15º. Mientras tanto, me dedicaré a andar en bici y comer guarrearías. 

Buena semana a todos!!!

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