MI HISTORIA

SEGUNDAS OPORTUNIDADES

Hola, soy Silvia Tejera. 
Tal vez te veas reconocido en la historia que voy a contarte, o conozca a alguien en similares circunstancias. 
Soy de esas personas que han sabido aprovechar segundas oportunidades. Tengo 34 años y acabo de terminar la carrera de fisioterapia en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en Canarias. Mi lugar de nacimiento. 
 


Durtal, Angers. 

 - Francia -

En el desierto, Marruecos. Verano 2015
En el desierto, Marruecos. Verano 2015

Mi historia

Soy la pequeña de tres hermanos, mi hermana tenía su etiqueta de tranquila y estudiosa, mi hermano de inteligente que no necesitaba estudiar, yo en cambio no tenía un perfil parecido al de ellos,  me gustaba hacer deporte y no aguantaba una hora haciendo ninguna actividad que requiriera concentración y/o estar sentada.

Mi aprendizaje siempre era más lento, y estaba siempre entre las matemáticas b (especiales) y de las matemáticas a (normales), actividades de apoyo (te hacían salir de clases para ir con el profesor de apoyo para l@s niñ@s que no llegaban a la normalidad).

Pero siempre me decían "la niña no es tonta, pero no da". Además de eso, era rebelde y defensora de "de las causas perdidas", eso decía mi madre. Siempre que había alguien más vulnerable, sensible o que pudiera estar en desventaja desde mi punto de vista, saltaba a defender, aunque no fuera conmigo. Me acercaba a él o ella y le hacía compañía. Me gustaba estar con los diferentes y se sintieran acogidos. 

Todo eso lo viví durante mi educación obligatoria de primaria y secundaria. Donde pasaba de curso por el sistema, y no por aprobar. Repetí 5º EGB y 4º ESO, porque esos cursos no podías seguir pasando. No aprobé 4º y entonces realicé un curso de acceso a grado medio para poder terminar algún estudio y tener algún título.

Mis profesores ya en el instituto estaban amargados conmigo, no confiaban que pudiera aprobar ninguna asignatura y me daban por perdida. Yo a principio de curso lo intentaba, mostraba interés y procuraba seguir el ritmo, pero a mitad del primer semestre me superaba la materia que no entendía y me rendía. Iba a clases a dormir. Obviamente, jamás pensé en estudiar en la universidad o ni siquiera estudiar bachillerato.

Mi cambio

¿Y porque te cuento todo esto?, después de años de trabajar (comencé a los 17) de repartidora y comercial, decidí que yo valía para hacer otras cosas, que mi persona y mi carácter estaba desaprovechado en trabajos que no me motivaban. Así fue como me enteré que existían segundas oportunidades, que con mucho empeño y constancia puedes hacer casi lo que te propongas. Entonces comencé a prepararme para ir a la universidad por un acceso especial que da segundas oportunidades para las personas mayores de 25 años. Me costó 5 años tener la nota suficiente para poder comenzar la carrera de fisioterapia.

Esos 5 años estudiaba cosas que no entendía y se transformaban en mi cabeza como ideas oscuras, pero que, con muchas ganas y ayuda, se fue creando ideas y conocimientos más claros, más comprensibles. Y por fin accedí, y después de 4 años de carrera puedo decir que soy graduada en fisioterapia. Y que, si quieres, hay que empezar por intentarlo.

En esos 5 años, he trabajado, he vivido con un presupuesto mínimo gracias a las becas y trabajos de verano, y he viajado. Viajar despacio es mi pasión, conocer el lugar y a la gente que habita en él.Estudié fisioterapia para ayudar y cambiar un poquito a mejor el mundo. Ir en pro de la aceptación de todas las personas, independientemente de su raza, condición económica o clase social. 

Mientras estudiaba realicé varios voluntariados, uno de fisioterapia en marruecos, ayuda a niños con diversas discapacitadas. En él, ayudábamos a las personas del lugar a tener una mejor calidad de vida, como aceptar y cómo actuar con su familiar según la patología que acontecía.

Voluntariado en Azrú
Voluntariado en Azrú

Con él descubrí que existen muchísimas formas de ayudar, todo lo que puede hacer la fisioterapia por las personas, y todo lo que falta aún por hacer en el mundo.

En mi ciudad, colaboré con una organización de ayuda y compañía en el hospital materno infantil, donde se daba apoyo a las familias con niñ@s hospitalizad@s de larga estancia, en un aula donde realizábamos talleres de manualidades, lectura y juegos.Este verano de 2017 viajé a Francia por un mes para aprender la lengua francesa en una fábrica de queso y granja particular, algo de francés aprendí, y gasté muy poco dinero. El problema que tuve para mi poco aprendizaje fue que no había escuelas cercanas donde poder ir a clases de francés y que venía poca gente a la granja, por consiguiente, podía practicar y aprender poco, y pasaba la mayor parte del tiempo sola. 

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